«Adoro el arte, cuando estoy solo con mis notas, los latidos de mi corazón y las lágrimas caen, mi emoción y placer son inmensos»
Giuseppe Verdi
Mucho ha evolucionado la composición operística desde aquella primera intención de aunar música y escenografía, que se remonta al año 1285 y cuyo autor es Adam de la Halle, conocido también como «el último trovador»; intitulada Le jeu de Robin et Marion se compone de una serie de cantos asignados a unos personajes que acompañan una sencilla acción escénica. Su aportación: tender un puente entre la realidad de las personas cotidianas y la música, que siempre contiene referencias irreales o fantasiosas.
Dentro de este contexto lírico-dramático, Gli Appassionati, I Bimbi Appassionati y Gli Amici Appassionati os invitamos a la Gala Lírica de Reis que se celebrará el próximo domingo día 6 en el Auditorio Municipal de Ourense y donde interpretaremos piezas de la ópera francesa e italiana.
Impresionismo (en pintura) y Simbolismo (en literatura) se convirtieron a finales del siglo XIX en marcos de referencia de la composición musical donde la expresividad y libertad del artista se regía más por sentimientos que por reflexiones, además de incrementar la intensa relación de Música y Literatura.
En nuestro concierto las piezas musicales atienden más al desarrollo de una idea que al plano estrictamente musical, composiciones orquestales inspiradas directamente en la literatura —drama, poesía— y que sigue un argumento. Lo cual nos lleva indefectiblemente al imperio de la ópera y de la incesante «musicalización» de poemas en forma de «melodías». Compositores como Saint-Saëns [1835-1921] o Massenet [1842-1912] produjeron música dotada de elegancia, delicadeza y cuidado de la forma. Bizet transformó el verismo en naturalismo con sus óperas más destacadas Carmen (1874) y Les Pècheurs de perles. Estos y otros compositores franceses nos entregan su capacidad para aunar fantasía, sentido de la libertad, y el hallazgo de un lenguaje musical capaz de expresar.
En Italia, el «siglo de oro» de la ópera lírica coincidió con la época romántica. La ópera fue un terreno fértil para los ideales del Romanticismo porque a través de ella pudieron desarrollar los sentimientos nacionales y populares, el gusto por el pasado o lo fantástico. Así surgió en torno al año 1880 el Verismo, corriente literaria de semejantes características al naturalismo francés, que deriva del término «vero» y cuyos máximos representantes fueron: Giovanni Verga [1840 – 1922], Luigi Capuana [1839 – 1915] y Federico de Roberto [1861 – 1927]: universos arcaicos y rurales; ambientes que influyen en la psicología de los personajes, costumbres, paisajes…aunque una de las características más importantes del verismo residió en la elección de los libretos, fundada en la búsqueda de una función social de la ópera: lenguaje crudo, real, de máxima libertad métrica. Entre las óperas más representativas del verismo más violento están Cavalleria rusticana de Pietro Mascagni y Pagliacci de Ruggero Leoncavallo.
Gioachino Rossini (1792-1868) inició el período romántico. Su primer éxito fue una «opera buffa», La cambiale di Matrimonio (1810); aunque su proyección internacional se debe a obras como El Barbero de Sevilla y La Cenerentola (1817). Pero fue Giuseppe Verdi quien transformó la naturaleza entera de la escritura operística durante el curso de su larga carrera. Su primera gran ópera exitosa, Nabucco (1842), cautivó al público con la vigorosa dinámica de su música y sus grandiosos coros. Va, pensiero, uno de los estribillos, fue reinterpretado y ganó un ventajoso significado para la lucha por la independencia italiana y para unificar Italia.
Deseamos que disfrutéis de nuestro concierto. Nos despedimos con una reflexión de Jean-Jacques Rousseau quien afirmó que «los diferentes ingredientes de la ópera son la poesía, la música y los decorados. La poesía habla a nuestro espíritu, la música a nuestro oído, la pintura a nuestros ojos, y todo junto contribuye a conmover nuestro corazón».
Cándido Pino Lago
© Gli Appassionati 2018